Mara Viscardi
Recaudación de fondos por FNOPI
Mara Viscardi es una enfermera geriátrica que, después de trabajar durante 20 años en la RSA, ha estado en el Centro de Rehabilitación para pacientes geriátricos durante un año y medio.
"Los pacientes geriátricos tienen más necesidades que los demás porque son más frágiles", dice, y sus pacientes, cuando la ven, saben que tienen ante ellos a alguien que los atenderá con amor y profesionalidad, incluso durante una emergencia sanitaria como la de Covid-19.
Mara recuerda cómo todo llegó de repente, pero no los encontró desprevenidos: "Nos dimos cuenta de que Covid entraba en el centro cuando tuvimos los primeros casos de fiebre.
Nadie sabía qué era este virus, pero la gente empezó a hablar, así que nos alarmamos e inmediatamente identificamos los casos".
La estructura en la que operaba no era menos: equipaba a todos con las protecciones necesarias y los ponía en condiciones de trabajar con seguridad, pero para todos la emoción más fuerte era siempre y sólo el miedo.
"Tuve un terror loco durante todo el período Covid, nunca lo había sentido en toda mi vida y espero no volver a sentirlo nunca más. Y a la consternación de Mara se sumó pronto la desorientación, cuando se vio obligada a mudarse todos los días a una nueva y desconocida sala: "Para mí fue devastador. Además del estrés de tener que trabajar en una sala que no era la suya, el miedo por Covid que ahora estaba en todas partes, se añadió el sentimiento de desconcierto porque se encontró sola, la única enfermera en una pequeña sala, sin el apoyo de colegas, porque no eran sus colegas. No los conocías y ni siquiera los reconociste, bajo todos los adornos y protecciones".
En este punto, con su voz rota y sus ojos brillando por las lágrimas que contenía, Mara cuenta la parte más difícil de ese período: "Siempre recordaré a un paciente al teléfono con su hija. Ella trataba de ser positiva, pero cuando le preguntó cómo estaba, él respondió lapidariamente: "Me estoy muriendo". Y era verdad".
Era cierto, y era desgarrador, porque los pacientes de Mara y los de muchas otras enfermeras geriátricas eran la categoría más afectada por el Covid-19.
Y allí, a su lado, no un pariente sino Mara y sus colegas, presencias amorosas e inquebrantables que lucharon por cada uno de ellos hasta el último segundo.
"Ciertamente he cambiado con Covid y no seré el mismo de antes. Mi comprensión de la carga que soportan los miembros de la familia ha aumentado, y sobre todo he comprendido el valor de los seres humanos, porque he tenido personas maravillosas que han estado cerca de mí, que me han apoyado, y nunca las olvidaré.
Una sonrisa abierta a la vida que le vendrá arando por la cara y finalmente ilumina sus ojos: "Me gustaría que la gente aprendiera a identificarse con las enfermeras, a entender su papel, lo que hacen y lo importante que es lo que hacen.
Recordemos siempre eso.
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