Amigo cristiano

Cristiana tiene 26 años, es una joven profesional que habla con una sonrisa cada vez que insinúa sus "pequeños pacientes". Trabaja como enfermera en una sala de pediatría y con los niños y sus choques de dolor todos los días."Conocer a un niño que no está bien nunca es fácil pero es esencial cuidarlo, para nosotros los enfermeros. Un aspecto del que se habla menos es el contacto con los padres, que es necesario en nuestro trabajo. Es una tríada inseparable: no es posible cuidar de un niño y no cuidar de sus padres". Elcorrecto equilibrio entre empatía y profesionalidad le permite relacionarse con los niños y sus padres. "Es importante saber ponerse en posición de escucha y entrar en la intimidad de estas personas."Cuando hablamos de la unidad de cuidados intensivos neonatales, su mirada se vuelve seria, intensa y sus palabras firmes, maduras: "La enfermera de una unidad de cuidados intensivos neonatales no sólo debe saber hablar, sino que ante todo debe saber escuchar".La comunicación con los padres de los bebés prematuros es difícil en sí misma, pero durante este período es aún más difícil: "Hay una falta de miradas, que en algunos momentos son fundamentales; como cuando no se pueden encontrar las palabras adecuadas y el silencio hace ruido. En esos momentos, mirarse a los ojos es la única forma de comunicarse. El Covid-19ha cambiado todas las dinámicas, ha obligado a madres y padres a alejarse de los cuidados intensivos neonatales, lejos de sus hijos. Esto amplificó sus temores: "Reemplazar a los padres no es fácil y afrontémoslo, no es realmente posible" pero Cristiana y sus colegas están haciendo todo lo posible para que las madres y los padres sientan la cercanía de sus hijos. Lo hacen diariamente a través de teléfonos inteligentes y tabletas, el único medio de comunicación que permite una conexión segura, a través de la cual pueden establecer una relación humana. Alo largo de las semanas han encontrado formas alternativas para que sus hijos muestren a sus padres: enviar fotos a través del correo electrónico de la empresa y programar llamadas, por la mañana con los médicos para las noticias clínicas y por la tarde con las enfermeras para contarles el día de sus hijos. Llamadas intensas, que tuvieron lugar día tras día, entre lágrimas y sonrisas emocionales. Llamadas que tranquilizaron a madres y padres desanimados, asustados. Llamadas que estiraron un hilo que ni siquiera Covid pudo socavar, gracias al trabajo de las enfermeras. En unmomento así se hizo aún más visible la importancia de las enfermeras, el único puente entre padres lejanos y recién nacidos, indefensos, con una inmensa necesidad de cuidados y afecto. Esta es la profesionalidad de las enfermeras, dispuestas a estirar el hilo de una relación, más allá de la situación a la que nos enfrentamos. Estamos viendo la humanidad de las enfermeras en la cara. No son héroes, sino profesionales atentos, personas Pasarpor un período de emergencia médica en una unidad de cuidados intensivos cambia aún más la forma en que vemos la vida: "Tengo un deseo creciente de escuchar aún más todo lo que gira en torno a un bebé prematuro.Nos llamaron Héroes, pero somos profesionales y antes de eso somos personas, que siguen trabajando cada día con dedicación. Ahora mismo necesitamos una mano extendida, la de todos ustedes. Apoyena Cristiana. Denle a las enfermeras que lo necesiten.

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Cristiana tiene 26 años, es una joven profesional que habla con una sonrisa cada vez que insinúa sus "pequeños pacientes". Trabaja como enfermera en una sala de pediatría y con los niños y sus choques de dolor todos los días.

"Conocer a un niño que no está bien nunca es fácil pero es esencial cuidarlo, para nosotros los enfermeros. Un aspecto del que se habla menos es el contacto con los padres, que es necesario en nuestro trabajo. Es una tríada inseparable: no es posible cuidar de un niño y no cuidar de sus padres". El

correcto equilibrio entre empatía y profesionalidad le permite relacionarse con los niños y sus padres. "Es
importante saber ponerse en posición de escucha y entrar en la intimidad de estas personas

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"Cuando
hablamos de la unidad de cuidados intensivos neonatales, su mirada se vuelve seria, intensa y sus palabras firmes, maduras: "La
enfermera
de una unidad de cuidados intensivos neonatales no sólo debe saber hablar, sino que ante todo debe saber escuchar".

La comunicación con
los
padres de los bebés prematuros es difícil en sí misma, pero durante este período es aún más difícil: "
Hay una
falta de miradas, que en algunos momentos son fundamentales; como cuando no se pueden encontrar las palabras adecuadas y el silencio hace ruido
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En esos momentos, mirarse a los ojos es la única forma de comunicarse. El Covid-19

ha cambiado todas las dinámicas, ha obligado a madres y padres a alejarse de los cuidados intensivos neonatales, lejos de sus hijos
. Esto
amplificó sus temores:
"Re

emplazar
a los padres no es fácil y afrontémoslo, no es realmente posible" pero Cristiana y sus colegas están haciendo todo lo posible para que las madres y los padres sientan la cercanía de sus hijos
. Lo
hacen diariamente a través de teléfonos inteligentes y tabletas, el único medio de comunicación que permite una conexión segura, a través de la cual pueden establecer una relación humana. A

lo largo de las
semanas han encontrado formas alternativas para que sus hijos muestren a sus padres: enviar fotos a través del correo electrónico de la empresa y programar llamadas, por la mañana con los médicos para las noticias clínicas y por la tarde con las enfermeras para contarles el día de sus hijos
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Llamadas intensas, que tuvieron lugar día tras día, entre lágrimas y sonrisas emocionales. Llamadas que tranquilizaron a madres y padres desanimados, asustados.
Llamadas
que estiraron un hilo que ni siquiera Covid pudo socavar, gracias al trabajo de las enfermeras.
En un

momento así se
hizo aún más visible la importancia de las enfermeras, el único puente entre padres lejanos y recién nacidos, indefensos, con una inmensa necesidad de cuidados y afecto. Esta es la profesional
idad de las enfermeras, dispuestas a estirar
el hilo de una relación, más allá de la situación a la que nos enfrentamos. Estamos viendo
la humanidad de las enfermeras
en la
cara.
No son héroes, sino profesionales atentos, personas

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por
un período de emergencia médica en una unidad de cuidados intensivos cambia
aún
más la
forma en que vemos la
vida: "
Tengo un deseo
creciente de escuchar aún más todo lo que gira en torno a un
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